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Publicado el: 27 de Febrero del 2020

PACIENTE ESTADOUNIDENSE ES OPERADA CON ÉXITO EN CLÍNICA ADVENTISTA LOS ÁNGELES

Diane Ivins padecía degeneración marginal pelúcida desde el año 2012, enfermedad que afecta a la córnea en sus ojos y que era la culpable de un avanzado astigmatismo que le impedía ver con normalidad. Diane vivé en Miami, Florida, y trabaja en el área de recursos humanos de una aerolínea. No conforme con el tratamiento que le estaba dando su médico en Estados Unidos termina operándose de los ojos con los Drs. Felipe Soria y Jorge Maldonado, ambos oftalmólogos de la Clínica Adventista Los Ángeles. Nos cuenta los primeros pasos de esta interesante historia….

 “El año 2012 voy al médico en mi país y me diagnostican queratocono en mi ojo. En ese momento el doctor me deja en observación para ver como progresa la enfermedad. Alrededor del año 2017 el médico me recomienda usar lentes de contacto. Mis ojos son bastante pequeños y tenía mucha dificultad para ponerme los lentes, buscaba ayuda en mis compañeros de trabajo, mi hermana o vecinos para que me los colocaran, pero pronto se me irritaban o me molestaban y me los tenía que sacar, para nuevamente hacer la misma rutina en la tarde. El 2017 me hacen un tratamiento llamado cross linking, con el que supuestamente se detendría el progreso de mi enfermedad. Como no estaba conforme, investigué sobre mi problema en revistas médicas, en internet y enciclopedias, también busqué en la web, nombres de doctores que se dedicaran a tratar casos como el mío y me pongo en contacto con distintos médicos alrededor del mundo, entre ellos uno chileno”.

Así comienza la historia de Diane, que luego de 7 años sin una solución logra contactar con un médico chileno, quien le indica poder ayudarla a solucionar su problema. “Cuando me contacta Diane, ya hace unos 5 años, ella me envía de a poco los estudios que le habían hecho y efectivamente me doy cuenta que no padecía queratocono sino que degeneración marginal pelúcida, que son patologías muy similares. En ambas, la córnea se pone un poco flácida y se empieza a perder su superficie regular normal. Esto le había generado un astigmatismo muy avanzado. No es que Diane pudiese quedar ciega si no se trataba a tiempo, técnicamente ella ya estaba ciega. En definitiva el ojo que tenía el problema ya no podía ver más allá de 2 metros y eso en la práctica es ceguera. Pero la patología que ella tenía era reversible, y su vista podía volver a la normalidad” explica el Dr. Felipe Soria.

Para Diane fue muy difícil recibir la noticia de que en su país no tendría una solución a su problema pero una señal de Dios la pone en contacto con el Dr. Soria. “Estuve viviendo algún tiempo con los tratamientos que me habían dado, hasta que en agosto de 2019 el doctor a cargo de mi tratamiento me dice “Diane, tu caso es muy raro, muy difícil. Y yo no tengo nada que ofrecerte”. No entendía como no podía ofrecerme un mejor tratamiento, si en otras partes del mundo lo hacían. Pero su respuesta fue “así es, no tengo nada que ofrecerte. Te voy a llamar en octubre para ver si ha surgido algo nuevo y te aviso”. Ese día volví muy triste a mi casa. Lloré mucho. Con mi fe en Dios, oré y le dije “Señor, yo no me quiero quedar ciega, yo no quiero vivir ciega, tú no me hiciste ciega. Por favor envíame a alguien genuino que se interese en mi caso, que me ayude”. Para mi sorpresa, cuando termino de orar me llega un mensaje de un médico chileno con un verso bíblico de Isaías 35, 4, que dice “no temáis” y que debo confiar en Dios. Así me entero que el Dr. Soria es cristiano. Más claro que eso no podía ser”.

Viajar a otro país a tratar su enfermedad no era una decisión sencilla para Diane. El Dr. Soria ya le había ofrecido hacerse cargo de su problema. Pero para ella la dependencia de otros por sus problemas de visión, la posibilidad de quedar ciega o incluso dirigirse a un país que recientemente se encontraba en conflicto social le generaban una gran indecisión. “Finalmente sentía que ya no quedaba otra opción y que Dios me había dado una clara señal. En una siguiente oración me encuentro con el texto de Marcos 11, 24, “lo que habéis pedido en oración lo habéis recibido”. Esa fue la confirmación de cuál debía ser mi decisión. Le pregunte al doctor Soria si todavía estaba dispuesto a ayudarme y él muy gentil me ofreció el contacto de sus profesores de México y España. Pero yo quería tratarme con él. Así que el Dr. Soria me ayudó con toda la logística del viaje a Chile y los detalles para mi nuevo tratamiento”.

El Dr. Felipe Soria estudió su especialidad de oftalmología en México y luego estudió una sub especialidad en cirugía de córnea, refractiva y cataratas en España. “Tuve la bendición de formarme con uno de los que, actualmente, es de los mejores oftalmólogos del mundo, el Dr. Jorge Alió. Vimos muchos casos como el de Diane en España. Sin embargo, desde que estoy en Chile no me había tocado nunca hacer esta operación. Para el caso de Diane era necesario tenerla al frente, en persona y ver el potencial de visión que ella tenía. El problema le había generado un astigmatismo muy avanzado de 11, generalmente uno encuentra casos de 0.50 en la población general. Las opciones que nos quedaban era aplicar un trasplante de córnea o corregir la entrada de la luz antes de que llegara a la retina implantando unos lentes especiales fabricados en Alemania”.

Preguntándole al Dr. Felipe Soria sobre su opinión de cómo alguien que vive en Estados Unidos viene a nuestro país a operarse de una patología tan particular, y sobre todo a una ciudad de provincia como es Los Ángeles él responde “Acá se conjugaron varias cosas. Por una parte los lentes que ella necesitaba. Yo solicité el lente que corrige el astigmatismo a varias compañías en Chile por que no es fácil encontrar un lente que corrija un 11 de dioptría. Gracias a Dios una persona de la industria se puso la camiseta por el caso. En Alemania quedaba un lente en stock que cumplía con las características específicas que necesitaba Diane. Hay que considerar que el lente se fabrica para cada caso ya que debe ser exacto. Luego el segundo lente con agujero estenopeico se encontraba en Chile, lo cual para mí fue una gran sorpresa. Por otra parte la clínica cuenta con toda la tecnología necesaria para hacer una cirugía de este tipo y con este caso se nos han abierto muchas puertas para poder empezar a operar casos como el Diane. Y finalmente contar con la experiencia que tiene el Dr. Jorge Maldonado. Es un excelente cirujano y excelente oftalmólogo. Ir de la mano con otro colega en este proceso es muy importante. La decisión de colocar el segundo lente con agujero estenopeico la tomamos en conjunto en el preciso momento del acto quirúrgico, luego de ver que sin este lente Diane habría quedado con un residual de astigmatismo de 4, que tampoco habría sido funcional para ella. Nuestra meta era que Diane tuviese un potencial de visión de un 95% en el ojo que tenía más afectado. Ahora, gracias a Dios, está viendo alrededor de un 99%. Ya no se anda cayendo, ni anda insegura por la vida, y creo que eso es lo más rescatable del caso de Diane, que volvió a ser independiente. Ella es una mujer muy perseverante y buscó por todos lados una solución”.

Finalmente Diane destaca la calidad espiritual que sintió en todo momento mientras estuvo en la clínica. “Cuando llego a la clínica el primer día las personas de seguridad me ayudaron, son muy atentos y serviciales. Luego conocí a las chicas de recepción, eran muy amorosas y tenían una pizca muy especial, ahora sé que era el amor de Dios. El día de mi operación fue una sorpresa ver que en la sala de cirugía me esperaba quien además es el director de la clínica, el Dr. Jorge Maldonado, quien me pregunta si tengo a Jesús en mi corazón y yo le digo que por supuesto, él me ha traído hasta aquí hoy, y oramos. Luego las enfermeras oraron conmigo. En el pabellón de cirugía, el Dr. Felipe Soria también oró conmigo. Esas 3 oraciones para mí fueron la mejor anestesia que me pudieron aplicar. Entré a mi cirugía confiada en el señor, sabiendo que Dios tenía el control de todo. Con el conflicto social que hay en Chile y lo que significa este viaje estaba preocupada pero me llevo a Chile en el corazón. Estoy muy agradecida de Dios, del Dr. Soria, del Dr. Maldonado y todo el staff. Siempre tendrán un lugar en mi corazón. Cada vez que abra mis ojos le daré gracias a Dios por este hermoso país y el amor que he recibido. Vine por una situación de sanación de mi ojo, sin embargo me voy con algo extra que es una nueva visión espiritual”.

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